sábado, 30 de abril de 2011


Cuando veo a una mujer, siento que los dientes se me separan, se me alargan y se me afilan. Se me encoge la espalda y de la frente me surgen dos antenas que se agitan en el aire, que muestran la necesidad de llamar la atención. Quiero meterme debajo de los pies de las mujeres que encuentro y admiro desde debajo de su postura enhiesta, de sus delicadas pantorrillas. También me siento repelido-no avergonzado, sino repelido- por sentimientos viscosos de astucia y necesidad. Es una mezcla curiosa de emociones e instinto que me embarga y me impulsa a acercarme a esas mujeres como un jorobado en presencia de colegialas.

3 comentarios:

  1. Me encantan este tipo de textos! Siempre intento escribir uno pero no suelen salirme como quiero.
    Muy sugerente la foto.
    Un beso.

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  2. Ya estás en El Semillero. Muchas gracias por interesarte en la propuesta.
    Se agradece que invites a participar a quienes puedan estar interesados, ya que buscamos crecer con el "boca en boca".
    Comentame que te pareció la reseña de tu blog. Si algo no te gusta, u omití algo que te gustaría que esté, se puede arreglar.

    Saludos.

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  3. En "Desmontando a Harry", de Woody Allen, el protagonista sufre una situación parecida; desnuda con la mirada a todas las mujeres con las que se cruza.

    Me han cautivado tanto la temática como el blog en sí, enhorabuena. Ese aire atrevido ... Muy sugerente.

    Me apunto a visitar al psiquiatra.

    Saludos.

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