jueves, 22 de mayo de 2014

Me has leído la mente, que te jodan.

Sentarse a lo indio desnudos en la cama, un par de pedos vaginales acompañados de risas y bromas. Plenos derechos para el cuerpo, es decir, "te dejo hacer lo que quieras con mi cuerpo", y hazme daño, dame placer. Cómeme  lo que quieras.  Voy a quedarme dormida para ir a clase por quedarme hablar contigo hasta las tantas, con la mano inutilizable y las bragas caladas . 
Dame arcadas, anda, tú me entiendes.















"-Quiéreme si te atreves.
-Capaz". 
                  

lunes, 19 de mayo de 2014

A este insomnio le pondré (tu) nombre.

Dicen que no sabes que quieres algo hasta que lo pierdes, que las palabras se las lleva el viento y que a quien madruga dios le ayuda; pero lo que no nos cuentan es que, a veces, puedes saber que quieres algo sin haberlo perdido, que no siempre sopla el viento y que no hay nadie que necesite ayuda, ni de dios ni de nadie, cuando el madrugón se resume en no dormir contigo al lado.
¿Sabes? Creo que deberían cambiar la definición de felicidad, que en el diccionario deberían salir mis rodillas magulladas, los silencios que se llenan con miradas, tu y tu lengua entre mis piernas, tu nombre a grito pelado en pleno orgasmo,(...)y mi dolor de mandíbula de estar contigo.Podría escribir un diccionario entero e ilustrado solo para definirla.
Y con esto quiero decir que, aunque se pierda, el tren no tiene porque pasar una sola vez, y que, en caso de que así fuera, si el tren eres tú, cualquiera correría tras él. 

Hasta el círculo polar se habría derretido viéndonos.