Me gusta disfrutar de las noches que duermes en mi cama. Aunque no estés, estas, me das masajes y yo, a cambio, te preparo la cena y el desayuno a la mañana siguiente. Podemos alimentarnos de nuestros cuerpos noches y noches; y de mañanas acompañadas de un "buenos días princesa".
-Haz lo que sea, pero que sea en mi cama y tú no lleves ropa.
-Ni tú tampoco.
-Si tú me la quitas...
-No voy a decirte que no.