Esto es irreal. Tal vez si me pellizco vuelva a pisar el agua de los charcos con los pies descalzos y sentir como un escalofrío recorre mi cuerpo, puede que por el agua fría o por que mi cuerpo necesite descubrir que está vivo y no es pura fantasía. Tu mirada es muy cálida, como si intentases protegerme y acercarme un milímetro más a ti con cada una de ellas. El equilibrio perfecto, los charcos y tú.
Tigre, esa es la palabra, en la cama eres un tigre.
Hay días buenos, al igual que los hay malos.
ResponderEliminarPero qué voy a decir de eso que no sepáis ya.
Saludos felinos.