Su mirada cautivadoradecía que quería algo más que un saludo y una sonrisa de lejos.Demostraba las ganas de sentir el calor de otro cuerpo contra la parte interior de sus muslosy laexcitaciónde sentirlo en un parque en el centro de Madrid. Quería sentir la mirada extraña de la gente al ver su encantador culoal aire, tener el cuerpo lleno demoratones, un beso en la comisura de sus labios y unpolvode más.
Dos cuerpos tatuados y desnudos en el centro de Madrid, una ciudad eróticamente gris y cenicienta de por sí ... Una situación bastante sugerente.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, pasaba para invitarte al primer concurso de El Semillero. Tenés toda la info en el blog. Gracias.
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